Mujeres y atención en salud mental

Los obstáculos de las mujeres para acceder a la atención en salud mental

Maria Alejandra Echeverría Nader
Psicóloga
E.: echeverriamaleja@gmail.com
IG.: @malejaecheverria  


Cuando hablamos de salud mental, nos damos cuenta de la poca facilidad que tenemos para acceder a ese servicio de salud. Es como si fuera un privilegio o solo en casos complejos, como por ejemplo, trastornos mentales o de internación psiquiátrica; pero, éstos son casos ya en etapa de intervención médica. Pero, ¿qué hay de aquellos que se pueden prevenir? ¿O que necesitaban atención inicial de un equipo interdisciplinario el cual hubiese ayudado a mantener una calidad de vida? ¿Y qué pasa cuándo la población más afectada son las mujeres?

Una problemática actual es la depresión, los casos de suicidios, los intentos o ideación suicida donde, en el sistema de salud hay una atención deshumanizada, o no hay una pronta atención y el tiempo en consulta no es suficiente para diagnosticar o brindar un servicio de calidad, ese espacio donde se indaga sobre las situaciones más traumáticas o que desencadenan riesgos a su salud queda abierto y expuesto a otros ambientes perjudiciales. Todos deberían tener un seguimiento hasta llegar a un tratamiento adecuado para cada diagnóstico o herramientas emocionales para la toma adecuada de decisiones, como pueden ser el fortalecimiento del auto concepto y el autoestima o de terapias y medicamentos.

Hay también profesionales de la salud mental trabajando excelsamente en todos sus pacientes, pero tienen en contra el sistema de salud que no permite que se desarrolle en tiempos y recursos para un adecuado proceso. Por ejemplo, en Colombia, para los años 2019 y 2020 se registraron en el SIVIGILA 17.211 intentos de suicidio en menores de 18 años. Del mismo modo, el análisis de datos dio como resultado que, según la Defensoría del Pueblo de Colombia (2023), para los años 2016, 2018, 2019 y 2020, entre el 2,8% y el 4,2% de los intentos de suicidio terminan en acto suicida, por lo cual, el Defensor del Pueblo advierte un aumento del suicidio en menores de edad. 

Ilustración @RosZie

Existen factores como la presión social, las redes sociales que muestran estándares de belleza basados en aspectos superficiales, la poca tolerancia a la frustración y la ausencia de redes de apoyo u orientación psicosocial, que pueden llegar a incrementar los riesgos en salud mental. Las mujeres además tienen que lidiar con los cambios propios del ciclo menstrual, el uso de anticonceptivos, sus consecuencias y los cambios hormonales y emocionales por este y más circunstancias. Los anticonceptivos hormonales pueden aumentar el riesgo de recibir un diagnóstico de depresión según Laurie Ray, investigadora y escritora científica de Clue, quien es enfermera especializada en salud sexual y reproductiva.

Entre las señales importantes para prestar debida atención está la alteración del sueño, cambios frecuentes e intempestivos de estados de ánimo, problemas en las relaciones interpersonales; todas estas son alertas significativas que indican que debemos actuar. Incluso, en ciertos casos, podemos observar como se empieza a manifestar físicamente en el cuerpo, dolencias y enfermedades. Sin salud mental, no podremos vivir bien nuestras vidas. No se puede normalizar los cambios de humor repentinos o episodios de tristezas solo porque “así son las mujeres”, o simplemente cuando ya no se pueda más con la situación, mientras tanto tiene que aprender a “soportar”,  entre otras creencias irracionales infundidas por la sociedad.

En noviembre de 2021, la Organización Panamericana de la Salud OPS/OMS, destacó que la pandemia del Covid-19 fue uno de principales factores detonantes para la exacerbación de patologías y problemas de salud mental, donde a un tercio de las personas que sufrieron coronavirus se les ha diagnosticado un trastorno neurológico o mental. A su vez, la OPS resaltó que es poco reconocido el impacto que tuvo la crisis sanitaria sobre la salud mental de las personas en las Américas y refiere que, para el año 2020, el 27% de las personas adolescentes y jóvenes encuestadas en América Latina y el Caribe declararon sentir ansiedad y el 15% depresión.

Actualmente, también convivir con situaciones de guerra y violencia en el mundo, las pérdidas de seres queridos, la falta de oportunidades laborales, el alza en precios de los alimentos, la presión social y las desventajas salariales que impiden llevar una buena calidad de vida, provocan un constante estrés y ansiedad en las quehaceres cotidianos, perturbando así el plan y los objetivos a futuro creando conflictos para encontrar el sentido individual de la vida, ya sea por las frecuentes preocupaciones propias y del contexto. 

Desde la infancia  es trascendental el acompañamiento constante de los padres o cuidadores en las diferentes situaciones que experimentan las y los niños, y así acompañarlos en el proceso de  aprendizaje y gestión de las emociones en las distintas situaciones de la vida. Los primeros años de vida son imprescindibles para desarrollar herramientas de afrontamiento e ir  creando ese soporte emocional para las experiencias negativas  o positivas, donde habrá  talentos que se fortalecen y se magnifican gracias a la asistencia de los padres y docentes, que tienen un rol significativo en el desarrollo de las potencialidades, y el proceso afectivo y social de cada niño y niña.

Algunas recomendaciones para la gestión de las emociones podrían ser, realizar rutinas de actividades que produzcan placer y tranquilidad, la alimentación balanceada, técnicas de respiración para momentos de estrés, las cuales podrían contribuir en el manejo de situaciones complejas. Sin dejar de lado la búsqueda de resolución de los problemas.

Probablemente, existen otras formas de enfrentar las situaciones difíciles, una de ellas podría ser a través de la gratitud hacia nosotras mismas, hacia nuestra evolución, nuestros errores y aprendizajes, éxitos y merecimientos, pero también la gratitud frente a las demás personas, en las cosas, en los detalles; ver la vida de esta manera te dará infinitas alegrías. También es importante que se trabaje desde las diferentes entidades en pro de las luchas de las mujeres, campañas de promoción y prevención para las dificultades que se presentan a nivel de salud mental y emocional, y la construcción de una política pública justa y con recursos, en la cual se prioricen las necesidades de las mujeres en todos los ciclos de la vida.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *