¿Y si cambiamos el significado de la paternidad?
Celebrar y cuestionar
Priscyll Anctil Avoine
Twitter: @Cyppp_
Este blog es una transcripción de la cápsula realizada en Voces de Lüvo, para el programa Luces de la Ciudad, de la emisora La Cultural (Bucaramanga, Colombia).
Hoy, desde Voces de Lüvo, queremos cuestionar nuestras visiones sobre las paternidades.
¿Por qué, en la casi totalidad de los países, desde la punta norte a la punta sur de América, estamos celebrando el tercer domingo de junio el “día del padre”? Pues resulta que nos hemos acoplado a lo que Estados Unidos ha marcado como fecha de celebración. En el año 1909, la estadounidense Sonora Smart Dodd propuso el día 19 de junio como fecha del día del padre, en conmemoración de la labor de su padre, quién se encargó de los 6 hijos e hijas después del fallecimiento de su madre. En el año 1924, el presidente de EE.UU., Calvin Coolidge, proclamó el tercer domingo del mes de junio como fecha de celebración.
Pero, ¿por qué seguimos teniendo pocas razones de celebrar?
Pues porque la región de América latina y del Caribe sigue enfrentando niveles muy altos de violencia intrafamiliar y de género. Por ejemplo, según los registros de Feminicidios Colombia, sólo en el año 2020, hubo 217 víctimas de feminicidios en el país, la mayoría perpetrados por sus parejas y, muchas veces, con objetivo de retomar el control sobre el cuerpo de las mujeres y sus hijos e hijas.
Además, según el informe “Estado de la Paternidad: América Latina y Caribe 2017”, en ningún país de la región, los hombres participan de igual manera a las tareas de cuidado. La ausencia de participación de los hombres en las tareas de cuidado afecta directamente la participación política, laboral y educacional de las mujeres. En México, por ejemplo, los padres son ausentes en 4 de cada 10 hogares, y esta ausencia va en aumento: en efecto, si 31% de las familias decretaban ausencia del padre en el año 1995; en 2015, son el 47%.
Según las cifras de la Comisaría de familia, se interponen 80 demandas por alimentos por día en Colombia, y el 86% de las personas que incumplen sus deberes al respecto, son hombres. Entonces, ¿qué está sucediendo con las paternidades?
En Colombia, 51% de las niñas y los niños no viven bajo el formato de la supuesta “familia ideal”, o el modelo en el cual nos han educado desde la infancia. En efecto, como lo subraya la feminista Coral Herrera, la educación basada en unos roles específicos dependiendo del género, nos ha hecho creer en dos mitos que nos impiden repensar las paternidades y maternidades: el mito del “amor romántico” y el mito de la “familia feliz”. En las palabras de Coral Herrera, estos mitos sirven la “idea de que sólo podemos ser felices si nos juntamos en pareja para amarnos toda la vida y tener hijos”, lo cual, en cambio, sirve políticamente para “mantener el orden social, y para que, al final, repitamos el esquema que adopta todo el mundo: formar una familia heterosexual y monógama que se quiere, se reproduce, se pelea, produce, consume, y se endeuda”. ¿Cómo entonces, cambiar nuestra forma de ver las maternidades y paternidades?
En esta ocasión, para reflexionar sobre las paternidades que queremos, nos gustaría comentarles sobre un artículo publicado en el volumen 6, número 2 de la Revista Lüvo, sobre el tema de las “Sexualidades”; este artículo es titulado “Un madre, la maternidad inventada” y fue escrito por Ernesto Nunes, psicólogo clínico y magíster en psicología, integrante de la comisión especial LGBTQIA+ del Consejo Regional de Psicología en Brasil.
En su artículo, Ernesto Nunes nos invita a deconstruir las ideas alrededor de la división entre “cuerpos femeninos y maternidad”, y “cuerpos masculinos y paternidad”. En efecto, el autor cuenta cómo su posición como hombre trans le ha permitido de vivir y asumir una maternidad distinta. A través de su relato acerca de cómo es vivir en un cuerpo que no es socialmente aceptado, que no entra dentro de las normas sociales de género, divididas en sólo dos opciones, hombre y mujer, Ernesto muestra que la maternidad es una categoría política y no solamente biológica como se tiende a pensar.
Ernesto cuenta que, cuando hizo su transición a ser un hombre trans, su hermano lo felicitó el día de los padres. Pero eso le resultaba incómodo: no porque ahora tenía un cuerpo masculino tenía que rechazar el “ser madre”. De ahí que el título de su artículo hace énfasis en ser “un madre” y aceptar todos los tránsitos que esta maternidad ha implicado, siendo hombre trans. Se trata de la posibilidad de re-editar, re-inventar los sentidos de los géneros y de las formas de cuidado que no deben ser reducidas a las expectativas de las sociedades respecto al ser madre y padre.
Y más que celebrar y ofrecer regalos un solo día al año, es central que pensemos en el lugar de los afectos, el diálogo constante y la corresponsabilidad para unas paternidades disidentes con el modelo actual, un modelo que, hasta hoy en día, ha generado mucha violencia. Para ello, les recomendamos seguir la campaña de paternidad para América Latina, en campanapaternidad.org y en reflexionar cómo promover una ética del cuidado, de la justicia de género y de las posibilidades infinitas que puede darnos la idea del cuidado colectivo. Nuestra invitación hoy, desde Lüvo, es utilizar este “día de los padres” para proponer nuevas y creativas formas de cuidar colectivamente.
Además, es con mucha alegría que les invitamos a seguir reflexionando con nosotras acerca del cuidado, la economía y las responsabilidades compartidas en el próximo número de la Revista Lüvo, sobre economías alternativas. La Revista Lüvo es un espacio virtual de articulación y visibilización de múltiples narrativas, a partir de perspectivas feministas y antirracistas, y estaríamos encantadas de escuchar sus historias. Estamos recibiendo textos cortos, poemas, fotografías, obras de arte antes del 30 de junio 2021, para publicación en agosto de este año.
Esa ha sido una cápsula de la Revista Lüvo, para invitarles a inventar con nosotras paternidades y maternidades alternativas, basadas en el cuidado colectivo. Síguenos en nuestras redes como Fundación Lüvo y escucha nuestras cápsulas sonoras semanalmente en Luces de la Ciudad.