Solidaridad internacional

Historias, relaciones y cooperación

Priscyll Anctil Avoine
Twitter: @Cyppp_

Este blog es una transcripción de la cápsula sonora realizada en Voces de Lüvo, para el programa Luces de la Ciudad, de la emisora La Cultural (Bucaramanga, Colombia).


Soy Priscyll Anctil Avoine, investigadora y directora de la Fundación Lüvo. Hoy, desde Luces de la Ciudad, hablemos de solidaridad internacional.

¿Sabían que, según ONU Mujeres, las mujeres componen el 74% de las personas empleadas en el sector sanitario y social en el mundo? ¿O, que el 94% de las personas que se dedican al empleo doméstico en Colombia son mujeres? ¿Sabían que más 2 millones de personas en Colombia carecen de acceso a acueducto y alcantarillado? O, que según Oxfam, sólo con las riquezas acumuladas en el año 2020, los 10 billonarios más ricos del mundo hubieran podido financiar las vacunas contra la Covid-19 para el planeta entero?

Así es la historia del desarrollo, de las relaciones entre los países y de la cooperación internacional, la cual está profundamente marcada por inequidades socioeconómicas, pero también, del acceso al saber.

Una demostración de esto ha sido el nacionalismo y las desigualdades que han acompañado las decisiones en términos de salud pública a nivel internacional para la pandemia Covid-19: los países más ricos han podido financiar la investigación sobre la enfermedad y acceder a una mayor cantidad de vacunas. Pero además, en varios países, se han tomado medidas, de acuerdo con las vivencias de las personas de clase media, sin pensar en las múltiples opresiones que existen. En efecto, ¿Dónde podemos confinarnos si no tenemos casas? ¿Cómo podemos lavarnos las manos de manera frecuente, si el Estado no nos da el acceso al agua? ¿Cómo podemos exigir que las mujeres se queden en las casas sin pensar que 77% de las agresiones sexuales vividas por las mujeres ocurren en sus propias casas?

La reflexión del día está relacionada con el volumen 7 número 1 de la Revista Lüvo. Esta edición fue publicada en febrero de 2020 con la intención de pensar las diferentes luchas de las mujeres contra el sexismo, el racismo, el clasismo y la lesbofobia – es decir, el odio y rechazo a las mujeres lesbianas. 

Así, de manera más precisa, esta edición de la revista aborda la interseccionalidad, un término pensado desde los feminismos negros en Estados Unidos para comprender todas las identidades, y múltiples opresiones que vivían las mujeres negras en este país. En pocas palabras, la interseccionalidad nos permite comprender que cada cuerpo está atravesado por diversas vivencias, identidades, pero también historias de vulneraciones. Así, en nuestras sociedades, algunas personas son mucho más afectadas que otras por dichas opresiones.  

La investigadora Maïka Sondarjee (@MaikaSondarjee), profesora en la Escuela de Desarrollo Internacionales y Estudios Globales de la Universidad de Ottawa, nos invita en esta edición a pensar de forma diferente la solidaridad internacional, entre los pueblos, entre las mujeres, pero también, a repensar nuestras formas de conocer y ver el mundo.

Maïka Sondarjee es autora del excelente libro Perder el Sur: descolonizar la solidaridad internacional [Perdre le Sud: décoloniser la solidarité internationale] en el cual analiza la situación desigual que se produce entre los países, en donde los más ricos del mundo viven de la explotación de los recursos y de las personas trabajadoras de los países históricamente marginalizados. ¿Pero, exactamente, qué nos propone la autora? Una solidaridad real que se llama el “internacionalismo radical” y que plantea una visión del desarrollo y de la cooperación internacional basada en el anticapitalismo, el feminismo y la descolonización de nuestras formas de pensar.

Ediciones Écosociété

En su texto, la autora canadiense nos invita a desarrollar una concepción feminista y decolonial de la solidaridad internacional, para comprender mejor cómo el capitalismo, el colonialismo y el sexismo en sus diferentes formas mantiene la jerarquización de los cuerpos y hace que algunas personas no tengan acceso a una vida digna. Retomando la idea de “epistemicidio” de la investigadora Olivia Rutazibwa, Maïka explica cómo muchos saberes en diferentes partes del mundo han sido destruidos y juzgados como “no científicos” y, por lo tanto, no válidos. Esto ha sido el caso con los saberes ancestrales, particularmente indígenas y afrodescendientes, en varios lugares del mundo. Maïka Sondarjee es contunde en su crítica: tenemos que revalorizar estos saberes, y restituir su lugar para poder crear una real solidaridad internacional.

En palabras de la autora, la verdadera solidaridad entre los pueblos del Norte y el Sur global no se dará solamente revisando el sistema monetario internacional, sino que también con un replanteamiento de nuestras concepciones de la humanidad y del conocimiento. De eso se trata la Revista Lüvo. Es un espacio virtual de articulación y visibilización de las narrativas que, desde las diferentes geografías del mundo, dan cuenta de las transformaciones en las formas de pensar, hacer y sentir la política de manera individual y colectiva. Por eso, les invitamos a crear con nosotras coaliciones y espacios de diálogos críticos, feministas y antirracistas para narrar las múltiples luchas de las mujeres.

Esa es una cápsula sonora de la Revista Lüvo, para recordar la importancia de descolonizar nuestras formas de ver y pensar el mundo. Síganos en nuestras redes como @fundacionluvo y escúchanos todos los lunes en Luces de la Ciudad.

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